viernes, 23 de mayo de 2008

Into the wild

A la salida de El Biógrafo, tras haber visto la película italiana Líbero, compré en la cuneta Into the wild y como era evidente resultó mucho mejor la espontánea adquisición, que la inversión previamente pensada.

Into the wild se dibuja como una bella metáfora a los sentimientos primarios, a la vida y a la búsqueda interior que cada ser humano debe resolver por sí mismo. Basada en la novela de Jon Krakauer, la cual a su vez se afirma en hechos reales, nos relata la vida de Christopher McCandles, un joven de 23 años que tras graduarse de la universidad decide donar a una ONG los 24.0000 dólares que tenía ahorrados para proseguir sus estudios de derecho. Autobautizado como Alexander Supertramp y equiparado con una precaria mochila y sin nada de dinero, comienza un introspectivo viaje por parajes alejados de las ciudades y completamente insertos en la naturaleza.


Así, el protagonista se mezcla con viajeros y personas que viven existencias fuera de lo establecido, comenzando a fluir su arista más primaria y genuina. Christopher está hastiado de la sociedad, de las apariencias y de su familia cimentada en mentiras y superficialidades, lo que lo hace llevar al extremo sus ansias de libertad y pureza: termina viviendo solo en un bus abandonado en pleno Alaska (lugar que se transforma en una suerte de obsesión).


Lo interesante es que este film deja bastantes inquietudes abiertas para que cada cual las descubra y responda; el chico de la película no pudo vivir su aventura en forma completamente satisfactoria debido al trágico final, somos animales claro está, pero miles de años de civilización nos han modelado de una cierta manera, hoy resulta completamente utópico sobrevivir en el aislamiento y más aún en la soledad; sobretodo en el clima hostil de Alaska.

Aparte del principal, destaca otra gran actuación que no puede dejar de ser mencionada: la música compuesta e interpretada por la leyenda viviente Eddie Vedder. Se agradece el poder de convencimiento de Sean Penn para que Eddie finalmente aceptara tal propuesta, la cual resulta impecable y completamente ad hoc al film; un soñador realizando la banda sonora de la historia más arriesgada del último tiempo.

Sucede que hay una gran conexión entre la música y el relato propiamente tal: el movimiento grunge (orígenes de Vedder) postula la irreverencia y crítica a la actual organización social plagada de más vicios que virtudes y se preocupa de generar una conciencia tanto a nivel de masas como a nivel ecológico. Así, Vedder y sus acordes bastante cercanos al folk redescubren la oposición entre el sistema y la naturaleza por medio de unas melodías delicadas aunque no por ello menos potentes. En lo personal me quedo con Guaranteed.
Para criticar, lo que ya se ha dicho: tal vez es una cinta redundante en cuanto a los subtítulos a las letras de las canciones; más es menos; hubiese preferido que la imagen y el sonido no se ensuciaran con texto. Además la historia se divide en capítulos, lo cual está muy bien, pero sin el texto que los acompañaba.

Para asombrarse, en algún momento aparece una fotografía del verdadero protagonista de la peli, lo cual impresiona y sobrecoge.  En definitiva me encantó, toca un tema patentísimo en mi vida y en mis prioridades.